Sol, pileta, revistas en inglés, películas y música, mucha música. Así pasa sus días Charly García en la quinta de Palito Ortega, donde vive desde que abandonó la clínica psiquiatrita Avril, en la que estuvo internado durante 82 días.
Ahora Charly, que se acostó a las once de la noche anterior, se levanta a las nueve de la mañana y desayuna al aire libre mientras hojea revistas extranjeras sobre música. O mira una película. O sale a caminar. O se tira a la pileta. “Hace lo que tiene ganas”, resume su ex manager, Fernando Szereszevsky, quien hoy pasa muchas horas junto al músico.
Tres veces por semana llega a la quinta de Luján un técnico de grabación para asistir, de tres a ocho de la noche, a García y a sus músicos mientras tocan en el lujoso estudio de Ortega. “Charly está componiendo cosas espectaculares; hizo cuatro temas increíbles y eso lo tiene muy motivado”, contó Szereszevsky a Perfil.com. Sin embargo, dice, “no tiene intenciones de sacar un disco, no existe ninguna presión de parte de ninguna discográfica, ni para eso ni para hacer un show. Él sabe que no es el momento y que hay tiempo para todo, por eso no se desespera”.
Cuando el día está lindo, Charly se la pasa nadando en la pileta y tomando sol. Después almuerza lo que las cocineras preparan especialmente para él, que no tiene pretensiones y come todo lo que le cocinan. El apetito de García aumentó tanto, que desde que salió de la clínica engordó algunos kilos. Según contó su amigo Nicolás Cuño – dueño de la marca de ropa Key Biscayne-, las camisas y pantalones que le regaló a Charly para su cumpleaños número 57 “fueron un talle más que lo que usaba antes”.
“Charly es como el dueño de casa. Él no tiene que pedirle permiso a Palito para hacer o dejar de hacer. La casa es de Charly ahora”, explica Szereszevsky y cuenta que el músico nunca está solo. Sus asistentes terapéuticas lo acompañan las 24 horas del día. Aparte, se suma un equipo médico del hospital de Luján, cercano a la quinta, que se encuentra a disposición ante cualquier imprevisto.
Además, Charly recibe visitas todo el tiempo y está "muy afectuoso con todos". Si no son los integrantes de su banda, es alguna de las seis personas que la jueza a cargo de su tutela, María Rosa Bosio, autorizó para que puedan verlo: León Gieco, Palito Ortega, Pedro Aznar, Nito Mestre, Fernando Szereszevski y su cuñada, Inés Raymondo.
Todavía no hay planes para el futuro. No sabe hasta cuando se quedará allí. Y ni siquiera lo piensa. Su amigo Szereszevski es claro: "Charly sabe que está bien así y quiere quedarse".
Ahora Charly, que se acostó a las once de la noche anterior, se levanta a las nueve de la mañana y desayuna al aire libre mientras hojea revistas extranjeras sobre música. O mira una película. O sale a caminar. O se tira a la pileta. “Hace lo que tiene ganas”, resume su ex manager, Fernando Szereszevsky, quien hoy pasa muchas horas junto al músico.
Tres veces por semana llega a la quinta de Luján un técnico de grabación para asistir, de tres a ocho de la noche, a García y a sus músicos mientras tocan en el lujoso estudio de Ortega. “Charly está componiendo cosas espectaculares; hizo cuatro temas increíbles y eso lo tiene muy motivado”, contó Szereszevsky a Perfil.com. Sin embargo, dice, “no tiene intenciones de sacar un disco, no existe ninguna presión de parte de ninguna discográfica, ni para eso ni para hacer un show. Él sabe que no es el momento y que hay tiempo para todo, por eso no se desespera”.
Cuando el día está lindo, Charly se la pasa nadando en la pileta y tomando sol. Después almuerza lo que las cocineras preparan especialmente para él, que no tiene pretensiones y come todo lo que le cocinan. El apetito de García aumentó tanto, que desde que salió de la clínica engordó algunos kilos. Según contó su amigo Nicolás Cuño – dueño de la marca de ropa Key Biscayne-, las camisas y pantalones que le regaló a Charly para su cumpleaños número 57 “fueron un talle más que lo que usaba antes”.
“Charly es como el dueño de casa. Él no tiene que pedirle permiso a Palito para hacer o dejar de hacer. La casa es de Charly ahora”, explica Szereszevsky y cuenta que el músico nunca está solo. Sus asistentes terapéuticas lo acompañan las 24 horas del día. Aparte, se suma un equipo médico del hospital de Luján, cercano a la quinta, que se encuentra a disposición ante cualquier imprevisto.
Además, Charly recibe visitas todo el tiempo y está "muy afectuoso con todos". Si no son los integrantes de su banda, es alguna de las seis personas que la jueza a cargo de su tutela, María Rosa Bosio, autorizó para que puedan verlo: León Gieco, Palito Ortega, Pedro Aznar, Nito Mestre, Fernando Szereszevski y su cuñada, Inés Raymondo.
Todavía no hay planes para el futuro. No sabe hasta cuando se quedará allí. Y ni siquiera lo piensa. Su amigo Szereszevski es claro: "Charly sabe que está bien así y quiere quedarse".
fuente http://www.perfil.com
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