Hace dos meses se mudó de la casa que tiene Palito Ortega en Luján a un coqueto departamento con jacuzzi en Palermo, donde lo asiste una enfermera y sigue estrictamente con su recuperación. Cumple con una rutina de kinesiología y ejercicios en un gimnasio, hace yoga y meditación, y dedica todo el tiempo libre a ensayar y preparar temas junto a su banda, ansioso por regresar a los escenarios antes de fin de año. Aquí, un García renovado.
En su círculo más íntimo cuentan que volvió a ser aquel muchacho introvertido, tranquilo y tímido de los comienzos de la escuela secundaria, cuando empezaba a transitar el camino de la música. Aquel Carlos Alberto García Moreno (57) al que la fama, con todo lo que ella trae consigo, aún ni siquiera había rozado. Sí, los que lo conocen bien explican que Charly era muy reservado y poco afecto a querer sobresalir; al contrario, prefería pasar desapercibido. Después los tiempos cambiaron: se convirtió en un divo del rock y pagó caros algunos excesos. Hoy, recuperado, vive para componer canciones y su mundo pasaron a ser los teclados, su banda y el regreso tan esperado a los escenarios. Digamos que se transforma en Charly en su versión más explosiva sólo en la sala de ensayos, que visita todos los días en el corazón de Villa Urquiza. Allí se junta con sus viejos compañeros de grupo: El Zorrito Fabián Von Quintiero, Hilda Lizarazu, El Negro Carlos García López, y los músicos chilenos que lo secundaron en los últimos tiempos. Y no para de componer e inventar nuevos temas. Está tan enchufado que su manager, Fernando Szereszevsky, está definiendo los últimos detalles para su regreso, que será en el exterior. Aunque todavía no se puede precisar el país, se sabe que la reaparición será antes de fin de año y con un show que promete ser espectacular.
Pero, ¿cómo está la salud del ídolo? “Cada día mejor: nueve puntos con cincuenta”, arriesgan sus más allegados. Ya hace dos meses que dejó Mi Negrita, la confortable casa de campo de Luján de su amigo Palito Ortega, para mudarse a un coqueto departamento de Palermo, producto de la evolución lograda en el tratamiento que viene cumpliendo estrictamente y cuyos resultados son óptimos. Hay un nuevo García versión salud que ronda los 85 kilos –su peso ideal–, sólo toma su bebida preferida, Coca Cola, fuma sin excesos y realiza una rutina de kinesiología y ejercicios en un gimnasio cercano a su nuevo hogar, ahora interrumpida por prevención frente a la epidemia de gripe A que tanto preocupa a los argentinos. En su flamante depto tiene un jacuzzi que utiliza para relajarse. Con ese fin, Charly también venía concurriendo a clases de meditación y yoga en el espacio Key Biscayne, la marca de su amigo Nicolás Cuño que lo viste desde hace años. No es todo: también tiene un chofer a su disposición las 24 horas. Lo están tratando mejor que nunca. Por eso, suele comentar entre amigos: “Ahora me siento una verdadera estrella de rock. No me falta nada. Cuando estuve en lo de Palito me sentía como en Disneylandia. Todo era alucinante: la casa, el parque, el estudio de grabación. Por eso, los fines de semana, de vez en cuando, voy a visitarlos. Pero acá también estoy como un rey. Hoy mi vida es meditación, yoga, buenos amigos y mucho rock’n roll”.
Está tan metido con la música que sale a recorrer casas para comprar teclados y otros instrumentos con la mejor tecnología. Y sueña con el regreso y un nuevo disco, que saldrá después de una serie de shows que dé en el extranjero, pero también en la Argentina. Ya se especula con el escenario que pisará en nuestro país. Algunos recomiendan un gran teatro, para darle ese sello ceremonioso y distinguido de gran maestro. Otros prefieren algo masivo, que haga estallar de público un estadio como el de Boca o el de River. Habrá que esperar. Ya no falta tanto para su vuelta.
Mientras tanto, García también tiene vida íntima. Y su relación con Mercedes Iñigo, fan suya, más conocida como DJ Mecha, marcha cada vez mejor. También volvió a disfrutar de eso de juntarse con amigos a comer. Hace pocos días fue al teatro Astral a ver El joven Frankenstein, protagonizada por Guillermo Francella, acompañado del Zorrito Fabián Von Quintiero y de su manager, Fernando Szereszevsky. Y luego todos partieron a comer a Bruni, en el Bajo Belgrano, donde se encontraron con otros famosos como Héctor Bambino Veira, Nito Artaza, Miguel Angel Cherutti, Diego Korol y Palito Ortega, uno de los hombres clave para este excelente presente de García. A propósito, cada vez que habla de él, sólo tiene palabras de agradecimiento: “¿Qué significa Ramón para mí? Me demostró que es un excelente amigo. Y ni hablar de su familia, que me hace sentir como uno más. Le agradezco todo lo que hizo y hace por mí, a Fernando también. Y les voy a demostrar que estoy bárbaro el día que vuelva a los grandes escenarios. Ojo que no falta mucho. Les aseguro que pronto Charly vuelve con todo. Ya van a ver”.
Por Miguel Braillard. Fotos: Walter Papasodaro y Angel Otero (prensa Charly) |
1 comentario:
QUE GRANDEEEEEEEE, POR FAVOR SEGUI SUBIENDO SU MUSICAA
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