"Clarín" vio un show de la mítica banda en el Madison Square Garden y dialogó con el guitarrista. Townshend habló del paso del tiempo, de Bob Dylan y hasta de Charly. Vienen en marzo de 2007.
Un hombre y una visión. Pete Townshend, el guitarrista, compositor y líder de The Who, nunca aspiró a otra cosa que a pavimentar terrenos y echar claridad allí donde persistieran las sombras. Desde el temprano uso de efectos pirotécnicos en la guitarra que definieron la potencia de su banda y su conciencia del poder de la moda y la tribu, se erigió junto a The Who en líder del movimiento Mod. Desde el accidental momento en que su guitarra se quebró ante el techo cercano de un pub, dispuso del sacrificio habitual y ritual del instrumento en un síndrome tipo Ave Fénix, que en cada nueva noche renacía de las cenizas de su anterior destrucción. Desde su plus de estudiante de arte, sintió que el formato rockero le quedaba chico y diseñó, sino la primera (que podría ser S.F. Sorrow de The Pretty Things), la más famosa ópera rock de la historia: Tommy.
Los últimos años no fueron fáciles para él: perdió un amigo (el bajista John Entwsitle) y se vio envuelto en un caso donde se lo acusaba de ingresar a páginas de abusos de menores en internet. Los cargos le fueron levantados a los cuatro meses y, aunque ahora prefiera no hablar de ello, alegó que estaba chequeando material para su primera novela (The Boy Who Heard Music), donde el protagonista ha sido abusado de niño. Igual que el propio Townshend y que ese personaje sordo, ciego y mudo que lo elevara a la categoría de leyenda: Tommy.
Ahora, The Who está empezando su undécima gira desde que se despidiera por primera vez, allá por 1982. La novedad es que, por primera vez desde entonces, está trabajando junto al cantante Roger Daltrey en un disco en estudio de la banda que redefinió los 60 británicos junto a Beatles y Stones. "El disco se llama Endless Wire (Cable sin fin), como una de las canciones y saldrá el 30 de octubre. En enero de este año decidí intentar escribir una mini-ópera. Justamente 40 años después de la primera mini-ópera que escribí: A Quick One While He s Away, así que fue como transportarme al pasado, aun que ésta es sobre un grupo de jóvenes que usan internet para hacer música y dar shows. O sea, la clase de historia que siempre inspiró mi composición: siempre creí que la música puede hacer olvidar los problemas.
Los últimos discos de tus compañeros de generación (Paul McCartney, los Stones, Bob Dylan) fueron recibidos con mucho entusiasmo por el público y la crítica. ¿Esto te presiona?
No, más bien me llena de coraje. Siento que todos estamos encontrando una nueva forma de que nuestra música vuelva a tener peso. En mi caso, se trata de una cuestión de paciencia: aprender a encontrar el momento justo y las notas justas. En cambio, Paul, Bob y los Stones nunca pararon, como sí lo hicimos nosotros.
Pero nunca dejaste de componer para tus discos solistas. ¿Se encara diferente un proyecto solista que un disco de The Who?
No. Yo uso los mismos métodos para componer. Lo que cambia son los músicos. En el caso de este disco sólo tengo que hacer espacio para una sola persona, que es mi colega Roger Daltrey. Es el mejor intérprete de mis canciones. ¡Y sobre todo un terrible editor! Así que si queremos hacer un buen disco hay que tenerle preparadas un montón de buenas canciones.
¿Cuánto cambió tu vida con las muertes de tus compañeros de banda John Entwistle (2002) y Keith Moon (1978)?
Eramos una pandilla, como tantas bandas de rock. Y cada vez que perdemos un integrante, toda la estructura se resiente. Pero aprendimos grandes lecciones y nos pusimos fuertes. Cuando John murió, el desafío musical fue mayor: se puede decir que Keith Moon era un gran baterista, un excéntrico lunático, entonces convivir con él era divertido y duro a la vez. Pero John era un músico sorprendente, no es fácil que un bajista sea tan importante. Gracias a nuestro trabajo en conjunto convertimos el sonido de The Who en algo único y famoso.
En una entrevista reciente dijiste que "Dylan haciendo rock es flojo, no puede tocarlo". ¿Siempre pensaste así de él?
Bob Dylan no es un músico de rock: toca con músicos de rock. De hecho, amo su versión del rock and roll y a los músicos que lo ayudaron a cambiar del folk al rock. Y también adoro cuando toca folk y country & western. Es único.
¿Cuál pensás que es la mejor canción de The Who?
Cambia a cada rato. Actualmente es Tea & Theatre, del nuevo disco. Es honesta y apropiada para gente de 60 como Roger y yo. De las viejas, adoro todas, pero me encanta tocar especialmente The Seeker.
En "My Generation" cantaste que "esperabas morir antes de llegar a viejo". Con todo respeto... ¿puedo preguntar cómo te sentís vivo y viejo?
Todavía quiero morir antes de llegar a viejo. Cuando hablaba de viejo, hablaba desde los 19 años, mi edad cuando la compuse y tenía otra forma de pensar, de ver las cosas y de controlarlas. Pero los viejos suelen ser los maestros y los míos murieron y la única cosa que puedo enseñar es a tocar la guitarra. Me preocupa más llevarle a los jóvenes esperanza y claridad, liberación y libertad.
¿Sabías que Charly García, una de las estrellas del rock argentino puso una frase tuya en uno de sus discos solistas? Es aquella que dice: "Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para dirimirlo, entonces es
rock and roll".
Es un maravilloso tributo. Me encantaría conocer a ese tal Charly García. Sigo sintiendo vigentes esas palabras, aunque pueda poner mis sentimientos en otro orden de prioridades.
¿Vienen a la Argentina?
Estamos yendo. Fuimos amigos y enemigos de los argentinos por cientos de años y eso nos hace una familia. Nuestro manager, Bill Curbishley está casado con una argentina y eso hace a The Who contraer compromisos con tu país. Pero lo más importante es que Argentina es un país donde la música es parte de la forma que tiene el pueblo para expresar su alma. El rock, de la manera en que lo toca The Who, expresa ese sentimiento desde el corazón. Nunca visité Argentina y, lo advierto, tocaré de la mejor forma que me sea posible.
Fuente: Clarin
jueves, 25 de octubre de 2007
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